Setanta tendría unos siete años, y estaba ocupado con
unos juegos cuando su tío lo invitó a acompañarle a una fiesta en casa del
herrero Culann. Setanta le dijo que le seguiría pasado un rato, cuando
terminara el partido. Conchobar se fue y cenó con Culann y con unos invitados
más, y pronto se olvidó de que Setanta se dirigía hacia allí.
Cuando Setanta llegó a la puerta de la casa de Culann, se
encontró con un enorme perro que lo atacó al acercarse, pero el niño mató al
perro con sus manos. Cuando entró en la casa todos se quedaron realmente
admirados de la proeza de Setanta, y le auguraron un gran futuro como héroe de
la patria. En compensación por haber matado a su perro, Setanta se ofreció a
guardar la casa de Chulain hasta que hubiera criado a otro perro.
Y así es como Setanta pasó a llamarse CuChulain, que en
gaélico significa "el perro de Culann".
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